25 de diciembre de 2010

No poda ser de otra manera.

El tiempo a veces se me antoja

un devorador insaciable que exige

a dentelladas, el tributo

de nuestra felicidad.

Y voy cayendo en la cuenta que a ti

y a mi, preferentemente,

nos van faltar de aquí a poco

lugares remotos que olvidar.

Por eso aprovecho estos pocos versos

que aun pueden volar hasta ti para decirte

que te quiero y te quise de esta y de todas

las formas verbales que puedas imaginar.

Como no podía ser de otra manera.

Y después, adiós. Adiós para todos los días.

Se feliz, no te jodas la vida con pavadas

y que todo el mundo vea tu sonrisa

cuando pienses en mi.

Diles que nos quisimos.

Yo pensare en ti

algunas tardes de invierno,

los días insoportablemente largos

y todas las vidas que me queden por vivir.

Como no podía ser de otra manera.