Quizá debería bajar la basura
sin que me lo pidas.
Estar mas pendiente
de cuando te cortas el pelo
o de cuando haces algo por mi.
Quizá debería andar
mas despacio a tu lado,
planear viajes juntos,
no regalarte tantas sorpresas
y discutirlo todo por las mañanas
antes de empujarnos de la cama.
No esperar a que me llames
para oírte decir que me quieres
ni preguntarme si hoy toca
cine en el sofá.
Quizá antes de bajar la basura
podríamos simplemente mirarnos
y oír como hablan nuestras manos,
descubrir como escriben mensajes de amor
sobre el papel con forma humana
de nuestros cuerpos.
Es posible que debamos dejar
a nuestros labios que se acerquen
para reconocer el sabor del tiempo quieto.
Y es posible que mis ojos sigan a los tuyos
para saber que quieren de mi.
Y es posible, solo posible,
que por una vez te entienda
y cree una cárcel de brazos acorazados
para que te encuentres segura en ella.
Y luego es posible que baje la basura.
Y una vez que nos hallamos quitado
la mierda de encima volveré a subir,
porque es posible, solo posible,
que tu y yo nos queramos.