31 de julio de 2011

Tu voz

Entre todas las voces, una,
reconozco la tuya.
De entre los truenos
y los gritos de silencio,
entre las multitudes
atropelladas por la prisa,
entre los árboles
condensados de vientos,
entre todas la voces, una,
reconozco la tuya.
Dentro de mil caracolas,
bajando a los infiernos,
            en el fondo de las aguas,
            por detrás de los espejos,
            besando a luz de la luna,
            suspirando al acecho,
entre todas la voces, una,
reconozco la tuya.
Diciendo que abril era perfecto,
que los versos abortan la lucha,
que los sueños mejor en voz baja,
que las mareas siembran dudas,
o que la pasiva del verbo amar
ni se consuela ni se conjuga,
entre todas la voces, una
diciendo ven,
entre todas la voces,
reconozco la tuya.

24 de julio de 2011

Mujeres

Hay mujeres que caminan
de espalda, mientras juran
no volver la vista atrás.

Que se equivocan a propósito
y no son capaces de acordarse
la ultima vez que jugaron a ganar.

Mujeres que tuercen el gesto
o sacan novias de las manos
en vez de decir: te quiero

Que cocinan a fuego lento
con el mando del gas
abierto de par en par.

Mujeres que se sueltan el pelo
y disponen todo su tiempo para
escribir “amor” con un dedo mortal.

Que vuelan dentro de tu cabeza
y un día aterrizan sin manos
entre la cordura por amor al riesgo.

Mujeres que ponen voz de amor,
ojos de amor, cuerpo de amor…
en una maleta y la tiran al mar.

Hay mujeres deseo
con rumbo herido,
mujeres solitarias
con rumbo perdido,
y mujeres naufragio
con rumbo lunar.

Y mujeres
con rumbo
desconocido

que
solo
quieren
amar.

20 de julio de 2011

Licha

 (…para siempre nos quedaran
las tardes, la gata mas puta,
la petiza, Satie y los viajes
por hacer. Para siempre)

No me gusta
la palabra dios,
ni decir adiós.
Yo como Jorge Luis,
cambiaria las letras
y los papeles escritos
a mil kilómetros de distancia
por señales y palabras contiguas,
que nos dejaran enfrascados,
sin aire, con los tiempos doloridos
de gastar recados
y agujetas en los huesos
de sujetarnos las ideas
el uno con el contra el otro.

16 de julio de 2011

Palabras. (dedicado)

Palabras, palabras, palabras y mas palabras. Bellas, cortas, agradables, sucias, con intención o sin ella, de deseo, de amor, de pereza, de alegría, de fantasía de mentiras, de magia, físicas, anémicas, apocadas, artificiales, de renombre de paciencia de saludo de perdición o de autentica resignación.
 Palabras como putas busconas que fornican entre ellas sin importarles el genero, el numero, su sexo, su léxico lesbio, su procedencia, su onomatopeya, palabras que definen, esconden, acusan, maldicen, giran sobre si, duermen de lado, dudan, sudan, trastornan, transmutan, transigen y pierden valor. Palabras por encima, por debajo, a cuatro patas, con las piernas en alto o de rodillas dispuestas a una felación. Palabras que a menudo veo o  escucho de los cabrones mas insignificantes o de cualquier madame penitente y arrepentida insultando sentidos los y las  emociones de los demás sin pudor alguno.
Palabras que paren historias pavorosas, ripios vomitivos, opiniones sin vergüenza o versos, esos pequeños hijos de puta que nacen a diario en todos los corazones en todas las almas en todos los cuadernos, tan fríos y sucios como los úteros podridos de sus madres, mentes de encefalograma plano  inspiradas en la tortura infame de su autoafirmación patética, triste y sin gracia.
De su imbecilidad de medio pelo. Y hay millones.

10 de julio de 2011

Que me vas a contar!

Que de hoy en adelante dejas,
o mejor, tiras la mascara
que te cubre el rostro a cada instante
para que vea como eres?
Que esa mascara nunca mas
te amordazara la boca
como un candado invisible
que solo te dejaba mover los labios
con los que fingías hablar
con los que fingías besar
o soplabas las velas año tras año?
Que ya por fin
no tendrás sueños ocultos
debajo de esa falta de ilusión?
Que me vas a contar!
No te imaginas las mascaras
que día a día he creado para ti.
Y ninguna como la que veo
cuando me miro al espejo.

El collar

Hoy encontré el collar en tu habitación. Quedo olvidado en el cajón pequeño del tocador. Aun tenia tiene el cierre roto. Supongo que no pensarías en él al salir.
Yo invente una historia para ti en la que el dios del fuego forjaba desde el fondo de la tierra aquella piedra que se encendía solo con el calor de tu piel. Por extraño que parezca, hoy en tu habitación, la piedra aun desprendía calor.
El dios del fuego no tiene piedad de mi.