Sin movernos
nos miramos por
dentro
y tu inventas
palabras
para elegir un verso
que pueda leer en
tus labios
mientras se
desliza suave
sobre la piel
caliente
del papel
desierto
y adivino en tus
ojos
como te alejas
de nuestro mundo.
Y yo amarrado estupidamente
a los recuerdos
y tu amarrada firmemente
a las nubes te
deshaces
en versos
inventados
para revivir en
poema
y convertirte en
cuerpo
bailando,
bailando,
sobre el papel
abierto
de los brazos y
los tiempos
estremecida entre
los sueños
y el humo blanco
y gris
de las palabras
que recitamos
una
a
una
casi
sin
movernos.