Cuentan que la
mar
esta lleno de
barcos
entre líneas
hundidos
que a veces
reposan
sobre sus quillas
de papel
en el fondo del
mar
otras siguen
navegando
entre vientos
alisios
y aguas de cristal.
Llevan la sentina
y la bodega
cargadas
de palabras sin
rimar
de poemas
infinitos
de despedidas y
adioses
y de besos sin
besar
Cuentan de sus
capitanes
que se retan en
lontananza
y para no
quedarse atrás
despliegan todo
el trapo
y cargan los
cañones
con bombas de
soledad
que se disparan
por estribor
para que el dios
de los mares
no les pueda
censurar.
Vuelan los
vocablos
de barco a barco
de principio a
final
la sangre se tiñe
de tinta
entre restos de lucha
en todas las
aguas de sal
y si mueren
derrotados
no lloran, no se
quejan
ni vuelven la
vista atras
y si ganan la
pelea
con el botín del
vencido
ponen proa
sur-felicidad
con su tesoro de
palabras
soñando sueños y
versos
prontos para
navegar
para brindar su
victoria
a su reina de
papel
sobre olas de
cristal
aquella reina de plata
por la que se
hundieron un día
en algún libro de
mar
y todos comienzan
una noche
de luna diciendo lo
mismo:
“Cuentan que la
mar…”
y terminar
besando besos
en los labios
nocturnos
de una reina de
mar
que se transforma
en poema
y pregunta a las
estrellas:
“Os lo vuelvo a
contar?”