da vueltas y mas vueltas por su cabeza
buscando una salida y se pregunta
cuanto tiempo aguantara abrazada
a un recuerdo o a una mirada
con la respiración contenida mientras vigila
para que no vuelvan las sombras de la noche.
La mujer que habita un laberinto
quisiera saber en que punto exacto se encuentra
y como de cerca quedan los acantilados
desde los que iniciar el vuelo;
necesita y desea amar a toda costa
aún a riesgo de parecer feliz
mientras los relojes estén parados.
La mujer que habita un laberinto
sabe que los limites de este varían
según los días que piense en él.
La mujer que habita un laberinto
desconoce que no esta sola
y que cuando lo descubra
no le importara quedarse a vivir en él.