16 de octubre de 2010

LA MUERTE DE UN POETA

Sacude el viento

tiempos y caminos

y borra tus huellas…

poeta.

Lastima que mueran los poetas

y veamos morir con ellos

las palabras que les hicieron soñar.

Un dios mira desde algún sitio al poeta

y ordena al viento que sople

y se lleve por los aires

todas las letras que encuentre.

Y el poeta guiña los ojos

y se sacude el polvo de la cara:

“es el viento que juega” piensa

y mientra ve pasar a su lado

un torbellino de versos descolocados,

pierde el tiempo pensando

en domesticar ese viento

y volver a ordenar las letras

para que sean otras palabras

y las palabras para que sean otros versos

y los versos sean viento

que aviven las ideas

y los vientos tempestades

que se lleven las hojas muertas.

Y luego se deja querer

y hace lo mismo con el mar

y con las olas

y después con el fuego hambriento

de vida nueva

y luego con las personas

hambrientas de fuego

y así este poeta loco,

echo de sombras

nos va descolocando

sin prisa

a cada uno en su sitio.

Una huella, es un hilo invisible en la vida,

una mano, un funcionario de nuestra boca,

una cabeza, el país de la sin razón

una idea, una revolución en marcha

un verso, es una herida en un poema

un poema es el viento

que se vuelve tempestad

que juega con las olas

que alimenta el fuego

y que huye silbando

y vive mas que los palacios encantados,

y mas que todos los hijos de hijos

engendrados con su amor,

y siempre mas que el propio poeta.

Lastima que veamos morir las palabras

que hicieron soñar a los poetas.

Sacude el viento

tiempos y caminos

y besa tus huellas…