21 de noviembre de 2010

Otoño

Otra vez

has vuelto a perderte

el otoño.

La hierba estaba corta

y muy verde

tras las primeras lluvias.

Los álamos parecía que

luchaban, por ver

cual de ellos

se desnudaba antes.

Me recordaron

las tardes

del verano instalado

entre tu y yo.

Te hubiera gustado

ver aquel álamo pequeño,

en el que dejamos

nuestros te quiero

cuajadito de carmines

y oros mientras el viento

del norte llegaba

para borrar

nuestros recuerdos

soplando entre sus ramas.

Quiero pensar

que le costo trabajo.

Pero finalmente

ese testigo mudo

de miles de miradas

fue dejando caer

sus hojas una a una

como gotas,

con la esperanza

de que tu o yo

o los dos juntos

llegamos a tiempo

para estar con él.

Yo llegue antes

de que se convirtiera

en estatua de frío.

Pero no pude consolarle.

Yo solo, no doy para tanto.

Dirás que nos quedan

primaveras y quizás

algún verano,

algún sueño por soñar,

pero yo oigo las palabras

de aquel árbol

a punto de morir:

otra vez has vuelto

a perderte, el otoño.