4 de marzo de 2010

POEMA MATEMATICO

Una vez me regalaron un poema de cristal y lo he perdido.
Pero me gustó mientras lo tuve.

El problema estaba bien planteado:

una raíz enamorada,

con locura de un binomio.

Ella nunca fue tan capaz

de multiplicarse por si misma

ni él de elevarse a “n”

cuando se sentía a por b,

y buscaban juntos

como hacerse hueco

en una ecuación.

Hasta en una de segundo grado

miraron, por si podía ser.

Pero existe una leyenda

que destruye los amores racionales

y solo permite justo, aquellos

que tienen soluciones indefinidas.

O imprevistas. O negativas,

para cualquiera de sus elementos.

Y por ello los amantes deciden

mirar embobados a la luna,

atravesarse los ojos,

pensar en tonterías e incluso,

en estar juntos para siempre.

Solución 1: incompleta

Solución 2: antinatural