Me acuso de no
saber querer
de tener pájaros
en la cabeza
de no obedecerme
casi nunca
de buscarte con
miedo
Me acuso de saber
donde estas
de que aparezcas
de día
y de noche, y con luna
o sin ella
con el animo roto
con la boca
encendida
Me acuso de
haberte perdido
de no dejarte en
paz
de ser y no ser
de estar y no
estar
de vivir en el
piso de arriba
por detrás de los
ojos
al otro lado del
mar
por detrás de la
verdad
Me acuso de los
días más largos
de no cerrar la
puerta
de no buscar la
paz
de no saber
quererte
y de no saber
quererte
y de no saber
quererte
Me acuso de no
querer cambiar.