Hoy encontré el collar en tu habitación. Quedo olvidado en el cajón pequeño del tocador. Aun tenia tiene el cierre roto. Supongo que no pensarías en él al salir.
Yo invente una historia para ti en la que el dios del fuego forjaba desde el fondo de la tierra aquella piedra que se encendía solo con el calor de tu piel. Por extraño que parezca, hoy en tu habitación, la piedra aun desprendía calor.
El dios del fuego no tiene piedad de mi.