Si queréis pasar envidia es el momento.
Ayer pase la tarde con una brasileña preciosa. Así como suena. Sin anestesia. Cuando se fijo en mi, yo ya la había visto a través del cristal de mi vaso. Se acerco dando un rodeo como corresponde a una señorita, dejándose ver pero como si no fuera con ella. Llame su atención jugando con el posavasos y poco tiempo después llego lo suficientemente cerca para quitarme de las manos aquel juguete. Se lo quedo ella naturalmente. Y no hubiera tenido mas importancia si no hubiera sido porque como sin querer se me acerco tanto que termino por sentarse en mis piernas.
Karyne es preciosa. Una muchachita mitad brasileña mitad ángel con unos ojos que te hablan sin palabras y un precioso pelo que se recoge en dos coletitas altas. Porque el pelo en la cara la molesta, claro y pasaría todo el día con el reverso de la mano intentando colocarlo hacia atrás. Mientra yo terminaba mi vaso ella me contaba cosas que nunca entendí. Reconozco que soy un negado para los idiomas y si además me hablan con la boca llena de patatas fritas me resulta totalmente imposible. Lo que no entendí me lo traduje yo mismo como me dio la gana.
Fue pasando el tiempo casi sin sentir y finalmente se despidió de mi con un beso y fijando mi atención con aquellos ojos que ya os dije, bajo un gorro que la cubría toda la cabeza. Un adiós con la mano y nada mas. Incluso las fotos que nos hicimos juntos se las llevo.
Vosotros podéis pensar que es mentira que a los tipos como yo no se les acercan las brasileñas y es verdad. Pero en esta ocasión algo debió ver en mi, J, que se acerco. En julio cumple los veinticuatro (meses) y no me lo pienso perder. Si antes no nos encontramos por ahí.
(...dedicado a lucy y rober, que algo tuvieron que ver.)