Una vez la fortuna
salio de entre las sombras
para enseñarnos como se nombra
la luz de plata, la luna.
Y desde entonces sirve su reflejo
para que se miren los amantes
justo hasta el momento antes
de convertirse en un mismo espejo.
Si alguna vez por error o por descuido
o por simple amor a ese amor desconocido
ni ves la luz ni encuentras reflejo de plata alguna
entonces antes de que salga el rey dorado
ponte las alas de buscarme, las de Icaro enamorado.
Estaré perdido en la cara oculta de la luna.
e.gamella
dic/08