La
noche dice que me quiere
que
me cuida de miradas
sin
identificar y de manos
manos
de promesas falsas
que
arañan mis sueños
y
dejan cicatrices
difíciles
de curar.
Manos
de luz sin sombra
sin
miradas atrás
manos
que abarcan
la
vida encerrada en un puño
y
que asfixian sin saber porque
el
poco, el mínimo aliento
que
queda por querer vivir.
Y
así noche tras noche.
A
la noche no le importa
que
me quede
solo
frente a la oscuridad
ni
que recuerde mansamente
las
curvas de tu espalda
los
tobillos frágiles y huidizos
o
las palabras de ceniza
justo
antes de partir.
Si
por la noche fuera
guardaría
tu imagen delicada
en
una maleta olvidada
de
tiempo y cuero eterno
y
perdería la llave
en
cualquier esquina de mi razón.
La
noche dice que me quiere
y
yo he terminado por creerla
porque
no? que me cuesta?
si
abro los ojos
el
día no es mucho mejor
y
tampoco quiero
creer
en mi otra vez.
Y
así, noche tras noche.