Sé que en algún lugar del mar,
se esconde mi ballena preferida.
Una ballena capaz de matar ilusiones,
con heridas profundas y dolorosas
que no van a cicatrizar nunca.
Y también sé que alguna vez
cuando suba a respirar,
acabare enredado entre
cabos sueltos de recuerdos
y arpones de firmeza
que me arrastraran
hasta el fondo de ese mar,
que tanto amo.
Y ya, no subiré jamás.