Ya
que pasare toda la eternidad
entre
tu espalda y mi lucidez
como
si fuera un muro alto
de
verdades y barro amasado
con
la estúpida ignorancia
y
tornasol que deja el tiempo
tras
de sí entonces y ahora
considero:
que
no siempre hizo buen tiempo
que
los días con sol y besos
fueron
distintos y peores
que
aquellas madrugadas
de
ese frio atroz
que
calaba mas allá del hueso
cerca
del sentimiento
casi
llegando al pasión.
Considero
que no siempre
me
gusto despertar de a poquitos
y
sentir la necesidad malsana
de
darte los buenos días
sin
palabras a la vez
que
dejaba una flor
que
nunca te gustaría.
tampoco
estuve seguro
de
hablar siempre
sin
malgastar las palabras
para
finalmente esconderlas
como
tesoros ignorados
entre
las páginas de cuadernos
con
líneas homogéneas
tapas
con color de madrugada
y
todos los mundos por descubrir.
Y
considero a la espera de saber
si
perdí la vida en algún cruce
de
almas o sencillamente
alguien
me la robo
que
quizá no supe calcular
entre
dos miradas con nocturnidad
aquel
verso demasiado corto
sin
rima concreta y con punto final.
También
considero a veces
entre
sueños una estúpida justificación:
Que
podía hacer yo?